miércoles, 20 de agosto de 2008

Poesía social

De acuerdo, mis poemas a nadie le interesan
porque hablan solamente del amor o de mí,
y el amor vende poco, y lo otro es egoísmo,
y lo que no trasciende resulta baladí.

¿A qué puedo aspirar cantándole a unos ojos,
o recordando penas o el tiempo que perdí?
Para ser buen poeta hay que volar más alto
y denunciar lo injusto y lo podrido, sí.

No basta con rimar, con medir bien los versos,
con ir dejando frases sonoras por ahí;
sin mensaje es inútil pretender el aplauso,
sin denuncia el olvido se apodera de ti.

Hay tanto llanto helado, tanto mundo que duele,
tanta lengua cortada a la que no escribí,
que no se puede en cambio seguir volviendo el rostro
libando entre las flores igual que un colibrí.

La palabra es el arma de los desheredados,
y el poeta es notario de lo que ocurre aquí,
por eso no debemos actuar como si fuéramos
un ciego espantapájaros o un mudo maniquí.

Y por eso mi voz tantas veces perdida
en las dudosas sendas que en vano recorrí,
no ha de tener mañana ninguna recompensa
ni esto será un poema, ni ha de acabar así.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito el 22 de mayo de 2006