viernes, 23 de mayo de 2014

Poema del 15 de agosto

No tenía esperanza de encontrarte
entre mi soledad,
pero sentí tus labios
esbozando un asomo de sonrisa,
y descubrí tus ojos en los míos
y en mi interior sonaron
una tras otra, todas las alarmas.

No esperaba encontrarte
con las manos tan llenas de ternura,
hablándome en silencio,
clavándote en mi piel como una astilla,
dibujando en mi alma
sueños que ni siquiera podía imaginar.

No esperaba encontrarte, y sin embargo
llegaste simplemente vestida de persona
sin música, sin fuegos,
tímida como el vuelo de una hoja,
como la luz que empapa el calendario.

No esperaba, de pronto,
llenar mis pensamientos con los pétalos
suaves de tus palabras.

© Juan Ballester

lunes, 5 de mayo de 2014






Escarabajo.
Si le damos la vuelta,
escararriba.

© Juan Ballester



viernes, 2 de mayo de 2014

Dame tu ausencia

Dame tu ausencia y déjame ponerla
junto a mi corazón, que se te entrega;
déjame compartir esto que llega
brillando en mi interior como una perla.

Quiero ser la esperanza, quiero ser la
paloma imaginaria que sosiega;
mi alma busca ya como una ciega
la luz que hay en tus ojos: quiere verla.

Dame la angustia cruel que nos separa,
dame la noche extensa que se vierte
por los amplios solsticios de tu cara;

dame la cerradura de la suerte,
para aliviar la sed que se declara
por no poder soñar y por no verte.

© Juan Ballester

miércoles, 23 de abril de 2014

Poema de la suerte

Sueño con tu mirada
y la distancia no me duele nada.

Juego con tu sonrisa
y el tiempo ya no corre tan aprisa.

Me acuerdo de tu rostro
y lo trueco en altar donde me postro.

Recuerdo tus caricias
y tu piel es un rito en que me inicias.

Me enfrento a este vacío
y el verso es el bastón con que me guío.

Me agarro a tu regreso
y cada amanecer me sabe a beso.

Me contemplo a la espera
y son tus dulces labios mi bandera.

Siento que no te has ido
y hasta mi corazón se vuelve nido.

Presiento que he de verte
y me adormezco en brazos de la suerte.

© Juan Ballester

domingo, 13 de abril de 2014

A simple vista

SE nota a simple vista
que la lluvia de esta tarde
trae ecos que vienen
de las profundidades de su boca.
Es una lluvia salada,
seguramente lágrimas que se condensan
en las alturas de sus pensamientos
y que bajan hacia mí
a través del tobogán de los recuerdos.

Es curioso, pero
tengo la sensación de que ya ha llovido antes.

© Juan Ballester


martes, 8 de abril de 2014

La vida de los tristes

La vida de los tristes no es ni siquiera vida,
no es más que un arrastrarse por ciegos laberintos,
no cabe la esperanza por sus sueños distintos
ni albergan ilusiones en su carne afligida.

La vida de los tristes es oscuro lamento
que sin cesar pasea por los surcos del alma,
no hay lugar en sus noches para vientos en calma
y en cada madrugada aumenta el descontento.

La vida de los tristes tiene los cielos turbios
y las mañanas grises y las tardes sin brillo,
sus alas ya no vuelan, cortadas a cuchillo,
y sus ojos reflejan la piel de los suburbios.

La vida de los tristes se nutre de tormentas,
de desiertos y piedras, de cardos y serpientes,
y en esa voz inútil que clama entre sus dientes
sólo quedan los restos de unas horas sangrientas.

© Juan Ballester

viernes, 4 de abril de 2014

Meditación

¿Dónde estarán tus ojos tan profundos
que me dieron la luz de la mañana,
dónde la claridad de tu ventana
por la que un día conocí otros mundos?

¿Dónde estarán tus voces cristalinas
que arrullaban mis sueños sin sentido,
y dónde las palabras que en mi nido
llenaron los rincones, las esquinas?

¿Dónde estarán tus manos delicadas
que hicieron un hogar sin telarañas
flotando sobre el reino de las hadas?

¿Y a dónde fue tu boca tan certera
que quemaba mi piel y mis entrañas
y me dejó bañado en primavera?

© Juan Ballester

domingo, 30 de marzo de 2014

El frescor de tus alas

Has entrado en mis noches como entra una tormenta,
te has abierto camino con tus fauces de lobo
y mantienes despiertos mis párpados cansados
que buscan en la altura notas de tu mensaje.

Has llenado mis días de ansiedad y de versos,
poblando cada átomo de una nueva esperanza,
ya sólo pienso en ti, delicada muñeca,
repitiendo tu imagen que escapa a mis sentidos.

Has colmado mis tardes de néctar delicioso,
has clavado en lo hondo de mi entraña imperfecta
la espina dolorosa que tanto me tortura
y tanto me alimenta de sueños venideros.

Has dejado en mis horas un viento repentino
que barre con un soplo tanto aroma gastado,
ahora estoy respirando el frescor de tus alas
que corre por mis venas en loca algarabía.

© Juan Ballester

jueves, 27 de marzo de 2014

Última hora

Me voy a la cama,
es tarde y mañana madrugo
para comerme un mendrugo.

Me acuesto,
es hora de acabar mi canto
y seguir soñando que me levanto.

Me retiro,
es tiempo de encontrarme con la almohada
y descansar de no hacer nada.

© Juan Ballester

lunes, 10 de marzo de 2014

Tres sin dos

Regreso a casa sucio y fatigado,
sin ganas de dormir. Te necesito.
La noche nos separa
por más que piense en ti constantemente.

El reloj da las tres, pero sin sueño,
y parecen tres clavos en medio del silencio.

Fumo y escribo y pienso y te imagino
pero hay tanta distancia y es tan larga esta pena
que no me quedan lágrimas para darte mis versos.

Vuelven a dar las tres, pero sin ganas
y todas mis venas se han vuelto palabras.

Tengo la boca seca
y mis manos parecen dos balsas que se hunden,
dos velas que se apagan, dos raíces sin árbol,
dos arañas que esperan devorar un poema.

Siguen dando las tres, pero sin suerte
y parecen suspiros por esos ojos verdes.

Me revuelvo en el lecho vestido con tu ausencia
escuchando el recuerdo de estas horas gastadas,
me revuelvo y espero
que las tinieblas cubran finalmente mis párpados,
que se apague la herida aquí en mi mente.

Pero ya son las tres, y me resigno
a amanecer sin ti, solo y perdido.

© Juan Ballester


lunes, 3 de marzo de 2014

Como un licor maldito



Tu amor se me ha subido a la cabeza
como un licor maldito.

Me embriaga en sensaciones,
en pensamientos, sueños, donde tú te apareces
como un fantasma bueno
para ahuyentar aquello que no sea
seguir pensando en ti.

Recorro la ciudad haciendo eses,
escribiendo tu nombre por cada callejuela,
repartiendo sonrisas
igual que caramelos con sabor a tu rostro,
con sabor a tus manos.

Tu amor se me ha metido hasta los huesos
como un dulce veneno.

© Juan Ballester

miércoles, 26 de febrero de 2014

La isla solitaria

La isla solitaria
recubierta de inútiles fragancias,
adornada con flores
que recuerdan la efímera belleza
de nuestros corazones.

Qué escaso caminar por otros puertos,
qué breve deambular por otros mares,
qué silencio de piedras
perdiéndose en la noche sin estrellas
a plena luz del día.

Infernal paraíso
que crece y se alimenta de recuerdos,
que nos habla sin boca
y nos deja el dolor de estar ausentes
con los acantilados.

No existe el tiempo cuando se está solo,
no existe ni el pasado ni el presente
en esta isla interior
en la que no se puede ser velero
ni pájaro, ni nube.

La isla solitaria
que se esconde en nosotros,
en nuestros corazones.

© Juan Ballester

domingo, 23 de febrero de 2014

La página en blanco




He tratado de empezar una poesía,
he tratado de romper este silencio
pero me cuesta inaugurar esta página en blanco.


He querido decirlo con palabras,
he procurado expresar lo que ahora siento
pero me derrota esta página en blanco.


He querido salir del callejón oscuro,
ha querido darle forma a unos versos
y he naufragado ante una página en blanco.


He querido cantar la tristeza del alma,
he querido ordenar mis sentimientos
pero he sucumbido ante una página en blanco.


He podido aprovechar este instante,
escribir esto que me sale de dentro
pero es tanta la fuerza de una página en blanco.


Mi pluma rebosa vitalidad,
mi mano y mis sentidos están prestos
pero me lo impide esta página en blanco.


Podría empezar tímidamente,
hasta que algún escrito tome cuerpo
pero impone tanto una página en blanco.


Así que sólo me queda enfundar la pluma,
y doblar con cuidado este papel tremendo,
esta terrible página que continúa en blanco.

© Juan Ballester

martes, 28 de enero de 2014

En la noche callada

"Do not go gentle into the good night"
Dylan Thomas


No te marches aún, que está la luna
dormida y si te mueves se despierta;
no te marches aún, no abras la puerta,
que la noche está en calma y nos acuna.

Quédate un poco más, que no hay ninguna
razón que en dos extraños nos convierta,
quédate un poco más, que estás cubierta
de versos, de esplendor y de fortuna.

Sigue a mi lado, espera a que amanezca,
cierra otra vez los ojos y descansa,
que no nos arrebaten este instante.

Deja que nos inunde y que nos crezca
-igual que un manantial- esta agua mansa...
Tenemos media vida por delante.

© Juan Ballester