viernes, 22 de agosto de 2008

Ratón de biblioteca


Me confieso ratón de biblioteca.

Yo no sé lo que tienen las páginas impresas,
qué raro magnetismo, qué influencia
ejercen esas letras,
qué poderosa y misteriosa fuerza
me conduce hasta ellas.
Yo no sé qué pretenden, qué interés les alienta,
por qué me han elegido desde muchacho, apenas,
qué han visto en mí los libros y las enciclopedias,
por qué yo, por qué un paria, un triste anacoreta
que ha escrito algunos versos que han de tragar la tierra
sin tener otro premio que una placa, una cena
o una escueta reseña
en alguna revista modesta, de tercera.

Soy ratón que deambula, que bucea
en busca de ejemplares antiguos, de otra época,
polvorientos, raspados, con manchas, sin cubierta,
sean hermosos o feos, de heráldica o de ciencias.
Recorro librerías, doy mil vueltas
royendo estanterías, anaqueles, casetas;
el olor a papel y a tinta me alimenta
más que un buen solomillo o un plato de lentejas.

Soy ratón, soy curioso que igualmente navega
por los inciertos mares de esa red cuya pesca
tiene voz engañosa, presencia deletérea,
facciones retocadas y muecas lisonjeras.

Ratón, sí, soy ratón, ratón hasta que muera,
ratón de biblioteca.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito el 18 de marzo de 2008.