martes, 23 de septiembre de 2008

Formas de ser feliz

No me preguntes cómo, pero a veces
una extraña caricia, la alegría,
se presenta desnuda, sin adornos
y basta con llevársela a la boca,
untarse el cuerpo, dársela en las manos,
sentir cómo penetra, poro a poro,
en nuestros corazones.
Y hay que agarrarse a ella mientras pasa,
no dejarla escapar ni que se esfume
con palabras, con gestos, con silencios,
con la mala costumbre de demorarlo todo;
hay que aferrarse a ese clavo que nos redime
y que transforma un lunes en domingo.
Llámalo como quieras: optimismo,
júbilo, bienestar, felicidad,
pero no la malogres ni la ignores,
dale lo que te pida, sin reservas.
Se puede ser feliz viendo la lluvia
chocar contra el cristal de los recuerdos,
viendo volar las moscas en torno a una bombilla,
mientras la tarde tiene el color de tus párpados.
Se puede ser feliz aunque la piel
tenga el sabor efímero de un pétalo,
aunque los calendarios nos desangren
y las noches pretendan devorarnos.
Se puede ser feliz aun sin bolsillos,
sin saber si mañana hemos de ver el sol,
sin que las golondrinas rocen nuestros balcones
o los libros nos nombren en silencio.


Se puede ser feliz
aun en las parcas tardes de noviembre.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Terminado el 7 de diciembre de 2007.