lunes, 22 de septiembre de 2008

Receta del amor universal


Tómense un mes de abril y un mes de mayo
guardados previamente entre algodones,
llévense hasta el salón de operaciones
y pónganlos en un tubo de ensayo.

Córtense cuatro rosas por el tallo,
límpiense de rencor los corazones
y ábranse las ventanas y balcones
por si acaso en la mezcla hay algún fallo.

Échenle al recipiente un par de besos,
un puñado de versos, tolerancia,
el vuelo de un gorrión y una sonrisa.

¿El resultado? Amor. Y su fragancia
inyéctese en las almas y en los huesos
y verán cómo actúa muy deprisa.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito el 13 de abril de 1998.