Tengo gustos extraños, cosas que no se estilan:
soy de los que aún aprecian las canciones de Dylan,
los versos de Darío, las obras de Jardiel,
el cine en blanco y negro, los sueños de papel.
Hallo más diversión con un libro en la mano
que bañándome al sol cuando llega el verano;
disfruto enormemente dando largos paseos,
para mí no hay lugares aburridos ni feos.
Me emocionan los pájaros y colecciono sellos
y encuentro entre el asfalto los motivos más bellos.
Detesto los teléfonos móviles, la informática,
y la vida moderna me resulta antipática;
no me preocupa el modo de vestir, ni si llevo
los zapatos manchados. No sé bailar. No bebo.
No demuestro interés por las vidas ajenas
pues ya bastante tengo con afrontar mis penas.
El dinero... Me basta con disponer de un poco
para comprarme libros y gastarlo a lo loco.
De malicia, ni gota; de inocencia, la justa,
la muerte me da miedo, la soledad me asusta.
Si un día tengo un perro no será por su hechura
ni por hacer alarde de su raza tan pura.
Tengo gustos extraños: Gardel, las mariposas,
perderme entre los parques, tantas y tantas cosas...
© Juan Ballester
2 comentarios:
Escrito el 15 de julio de 1999, como una especie de homenaje a algunos de los artistas que más han influido en mi vida, así como un breve recorrido por las cosas a las que doy aprecio y a las que no, como una especie de escala de valores.
Los versos pareados alejandrinos le dan una cierta gracia al poema.
Oh, Juan,...Ayer, yo, pensando en hablar unas palabras sobre tí, en la entrega de Premios Poemas sin Rostro, en la que has ganado el Primer Premio, pensaba definirte con frases similares...sin saber que tú ya te habías definido requetebién.
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