Navegué los siete bares
en busca de recuerdos
chocando con icebergs
al fondo de mi vaso.
No tenía más norte
que un agua amarillenta
que en mi paladar dejaba
un regusto a derrota.
Navegué los siete bares
-fueron siete naufragios-
y las sirenas me tentaban
de pie junto a la barra.
Y tras cada desastre,
la misma resaca
que oxidaba mi proa
y dejaba carcomidos
los tablones de mi corazón.
© Juan Ballester
1 comentario:
Es un poco un recuerdo hacia los tiempos en que naufragaba por la vida, aunque no precisamente en los bares.
Modestamente creo que el título es bastante bueno, aun cuando el poema hubiera necesitado una ración de lima.
Lo escribí en 1997.
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