jueves, 16 de abril de 2009

Poema para Pablo


Comprendo, amigo Pablo, por qué fuiste capaz
de escribir los más tristes versos aquella noche.
Entiendo los demonios que turbaban tu paz,
comparto tus angustias, tu miedo, tu reproche.

Qué terrible es saber que lo amargo es lo bello,
que el dolor causa elogios, que la ausencia se aplaude.
Qué duro darse cuenta de que escribiste aquello
la noche en que la vida trató de hacerte un fraude.

Yo me siento esta tarde de abril, de primavera
en que la luz declina y la belleza explota
lo mismo que tú, Pablo, y el alma es mi bandera
y este folio doblado causa mi bancarrota.

Mas no será el poema que a empujones escribo
ni tan siquiera digno de descalzar al tuyo,
quizá porque la pena quiere dejarme vivo,
quizá porque la sangre no ha teñido mi orgullo.

Comprendo, amigo Pablo, la herida, la hemorragia
que tanta soledad dejaba en tus entrañas,
comprendo que los duendes te cubrieron de magia,
los fantasmas de nubes, las esquinas de arañas.

Amigo Pablo, estoy flotando a la deriva
añorando también ojos, caricias, besos,
ensuciando renglones, aullando en carne viva
con una tinta inútil que emponzoña mis huesos.

Y así me he de quedar, vencido, amigo Pablo,
resignado a ser sólo un átomo vacío,
sin saber lo que escribo, sin saber por qué hablo
mientras un nombre -Ana-, se enrosca en torno mío.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Lo escribí el 28 de abril de 2006, como un pequeño homenaje a Pablo Neruda, que me da pie para tratar de la angustia ante la ausencia del ser amado, aunque sea temporal.

Fue publicado en un libro colectivo titulado "Voces y acentos" a principio de 2009.