miércoles, 19 de agosto de 2009

Cisne


No quiero ni pensar
la soledad del cisne,
junco que se desliza
por versos que no existen.
Hermano grandullón
que ha echado sus raíces
en estanques de ensueño
y en mares imposibles.

No quiero ni pensar
la tristeza del cisne,
majestuoso monarca
de silencios sin límite,
ajeno a sus instintos,
surtidor sin matices,
reducto de belleza,
nadador de jardines.

No quiero ni pensar
la tragedia del cisne
blanco como la nieve,
mudo como una esfinge,
pálido como un verso,
altivo como un príncipe.

No quiero ni llorar
la ausencia de ser cisne.

© Juan Ballester

No hay comentarios: