miércoles, 12 de agosto de 2009

El secreto

Me arañé con la rosa de tu boca
y me llenaste el alma con sus pétalos.
Y dos palomas de cristal se alzaron
en el silencio de la noche mágica.

Me corté con el brillo de tus labios
desesperadamente derretidos
mientras la luna, cómplice, ponía
su sonrisa de piedra en nuestros ojos.

Me quemé en el secreto de tu rostro
junto al andén, verdugo de la noche
y a lo lejos cantaron las langostas
cubriendo de relojes ese instante.

Me abrasé en el confín de tu mirada
y en el grito sin fondo de tu abrazo
y el aire, conmovido, puso un rayo
de esperanza en el pozo de los sueños.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

Del amor nunca se sale indemne.

Buen poema. Es un gusto leerte.

Besos,
María José