viernes, 4 de septiembre de 2009

Piedra contra el tejado

Tengo miedo al silencio
que se adhiere a mis huesos esta tarde
y llena cada palmo de mi piel
mientras absurdamente pasa el tiempo
añorándote en vano.

Entre cuatro paredes
de un hotel cuyo nombre
quedará para siempre grabado en mi memoria
siento que las palabras sólo pueden
ser fragmentos, partículas
de un alma generosa y un corazón sensible
que, acaso, piensa en mí.

Y afuera, en cada calle,
hay un verso esperando a que pases de nuevo,
hay un pájaro herido que imitará mi ausencia,
hay un árbol callado buscando tu sonrisa.

Y siento que mis dedos son relojes,
y mis manos sarmientos retorcidos
y este papel absurdo en donde escribo
es un trozo de piedra que algún día
lanzaré a mi tejado.

© Juan Ballester

2 comentarios:

L.N.J. dijo...

Dios, qué maravilla de poema. Lo he leido varias veces y es que esa sensación la conozco.
Una preciosidad.

Encantada de haberte conocido.

juan ballester dijo...

Para mí es una satisfacción que lo hayas leído y que te haya gustado.

Gracias por pasarte por aquí.