lunes, 7 de septiembre de 2009

Reincidente

No escarmiento, y de nuevo me asomo a este barranco
donde unos versos negros tratan de devorarme,
y las palabras tienen la acidez del veneno
y cada letra es áspid que en mis dedos se enrosca.

No escarmiento, no aprendo de cuanto he olvidado,
de esos años vacíos que no dejaron huellas,
no aprendo de la lluvia, del barro, de la noche
que dieron a mi piel color de los pantanos.

No escarmiento, reincido, retorno a las andadas,
a caminos sin meta, a lugares sin eco,
al hedor de unas páginas que me ocultan apenas,
a renglones cargados de espectros y de llantos.

No escarmiento, tropiezo con las piedras de antaño,
con pretéritos charcos, con renovados duelos,
tropiezo con mi sombra que no me reconoce,
con estrellas sin brillo, con banderas arriadas.

Y aquí estoy pese a todo, con el alma dispuesta
a cargar con la cruz de mi insignificancia,
a encajar contratiempos, miserias, golpes bajos,
y a frecuentar las calles de mi pasado turbio.

© Juan Ballester

1 comentario:

L.N.J. dijo...

Quizás porque somos humanos y no somos perfectos. Por ello somos reincidentes de tus palabras, lo importante es que nos damos cuenta de ello.

Pero recuerda, que es bonito vivir.