Vestido de palabras y desnudo
paso la noche a oscuras y en secreto.
Solo puedo escribirte este soneto
proclamándote a gritos, pero mudo.
Te recuerdo en silencio, y a menudo
hay visiones lejanas que interpreto;
te veo reflejada en cada objeto:
a veces eres tú, pero otras dudo.
La noche avanza pérfida, siniestra,
con risa sanguinaria y pies de plomo
y quisiera abrazarte, pero cómo.
Miro a mi alrededor. Todo se muestra
bajo el contorno gris de cien espejos
y te llamo sin voz, pero estás lejos.
© Juan Ballester
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