sábado, 26 de febrero de 2011

El rap de la telebasura


¿Qué es hoy la televisión
entre tanto culebrón
y asuntos del corazón?

¿Qué queda de la cultura,
dónde se fue la lectura
con tanta telebasura?

‘La caja tonta’ se llama,
y es verdad. Su mala fama
se ve programa a programa.

Aunque cambies de cadena,
todo lo que ves da pena.
Son mil y ninguna buena.

Cada día, muy temprano,
te endosan un gran hermano
o una canción del verano.

Salen dos dándose el lote,
tres que van luciendo escote,
y diez que chupan del bote.

Y unas rubias mal peinadas
y aún peor educadas
que sólo hablan de bobadas.

Cualquiera asiste a un debate,
y dice cualquier dislate,
organizando un tomate.

Y cuando algún jefe mándalo
se ponen a hacer el vándalo,
para aumentar un escándalo.

Que así se aumenta la cuota,
y hay quien las manos se frota
aunque el programa sea idiota.

Y al fin y al cabo la audiencia
lo que busca es la indecencia,
para aliviar su conciencia.

Los programas futboleros
se asemejan a avisperos
donde el civismo va en cueros.

Si un documental molesta,
no importa, te echas la siesta
aun si está la tele puesta.

Y si un programa te agrada,
tranquilo, no pasa nada,
que será de madrugada.

Y ponen cada película
no sólo mala, ¡ridícula!,
que hasta ataca a la vesícula.

Los graciosos no hacen gracia,
se juega con la desgracia,
y el público no se sacia.

Si aquí hasta el más ignorante,
se atreve a ser concursante
y cualquiera es un cantante.

Y encima a llevarse pasta
pues la que tienen no basta,
aunque su voz sea nefasta.

Negocio publicitario,
donde hasta en el telediario
dan coces al diccionario.

Venga cuotas de pantalla,
y teleseries morralla,
¡viva el vicio y la canalla.!

Todo vale, manga ancha;
la basura en avalancha
y ten cuidado, que engancha,

Esto es la televisión,
un monstruo sin compasión
que invade nuestro salón.

© Juan Ballester

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