jueves, 25 de agosto de 2011

Ciertas cosas

No me atrevo a decirte ciertas cosas
que una vez escuchaste en otros labios.
En aquellos sonaban como a rosas,
en los míos, a agravios.

Yo no soy quién para cantarte, ahora
que tu vida transcurre alegre y mansa.
Qué te puede importar si mi alma llora,
si por ti no descansa.

Es mejor que no sepas, que no intuyas
la sinrazón, el miedo que me causa
soñar con otras aguas, con las tuyas
como un viento sin pausa.

Cuánto me cuesta hablar, cuánto callarme
sintiendo tu presencia tan cercana,
temo que un gesto, que una voz te alarme
cuando te observo, ufana.

Tú no sabes, o acaso sí, que sigo
a la sombra tu vida más oculta;
sólo quieres tratarme como amigo
pero mi hambre te insulta.

No puedo desvelarte ciertas cosas,
sólo sufrir, hacerme mil preguntas;
mientras las tardes fluyen tan hermosas
porque transcurren juntas.

© Juan Ballester