martes, 25 de septiembre de 2012

Síntomas

El brillo de los ojos me delata
y el temblor de las manos me traiciona.
No te acerques a mí, oh insensata,
que soy mala persona.

El tono de la voz no admite dudas
y mi mutismo es claro y elocuente.
Aléjate de mí, que si me ayudas
ensuciaré tu fuente.

Las palabras que digo, los poemas
que te doy a leer, que te regalo
te hacen sospechar, hacen que temas
que soy un hombre malo.

El interés que pongo en lo que es tuyo,
mi forma de mirar, que te devora,
el aparente modo en que te huyo
no es en balde, señora.

La manera que tengo de abordarte,
los secretos que a veces te confío...
Todo encaja. Es amor... No tomes parte,
que lloro y desvarío.

© Juan Ballester

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