Por si esto se acaba el día 21 (que no lo creo), aunque como nunca se sabe...
Al final te das cuenta que estás solo
al llegar el instante decisivo,
que es tu deuda a pagar, que es tu recibo,
y allí no sirve excusa o protocolo.
Tuviste un patrimonio, pero no lo
podrás hacer valer, te será esquivo;
en el último trance de estar vivo
solo hay un cara o cruz, un juicio solo.
El alma es la que dicta la sentencia
porque el alma no es más que tu conciencia
y con ella no hay trampa ni hay engaño.
Mas te salva en el último segundo
si procuraste hacer mejor el mundo
y si te vas al fin sin causar daño.
© Juan Ballester
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