domingo, 17 de marzo de 2013

Canción a las sábanas que no me esperan

No es fácil renunciar a lo que nunca tuve
ni es fácil desprenderme de lo que no fue mío,
mas me duele el silencio que impregna este vacío
y los vapores grises que flotan en mi nube.

No es fácil el lamento que llama a mis cristales,
que surge de lo oscuro y vuela hacia tu cama,
no es fácil aliviar esa voz que me llama
para aumentar tu ausencia y acrecentar mis males.

No es fácil conquistar el borde de tu lecho,
de esas sábanas blancas que conocer no puedo
y que esperan traviesas disipando su miedo
las caricias oscuras y el femenino pecho.

No es fácil olvidarte en las noches en vela
y pensar que reclamas besos más excitantes,
no es fácil detener a mis labios amantes
y al corazón vencido que tras tus pasos vuela.

No es fácil derribar de un hachazo mi sueño,
pretender que me olvide cual si nada pasara
de tu voz, de tu pelo, de tus ojos, tu cara
y tornar a esta vida de la que no soy dueño.

No me esperan tus sábanas, no aguardan tus encantos
los sones de mi pluma ni el calor de mi lumbre,
qué lejanos ahora los verdes de tu cumbre
que en mi horizonte un día calmaron mis quebrantos.

© Juan Ballester

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