viernes, 29 de agosto de 2008

Donde todo se olvida

Hay una senda estrecha, misteriosa, fatal
donde van a parar las almas tras la vida;
allí estaremos todos como flores del mal
en la secreta senda donde todo se olvida.

Estaremos tú y yo, y el otro, y el de enfrente
y todos los que un día fuimos de carne y beso
en esa angosta senda tan negra y diferente
donde se olvida el hambre y el amor, hasta eso.

No me preguntes cómo, no me preguntes dónde,
está en cualquier lugar, quizá tras una esquina,
pero esa senda existe, llega y nos corresponde
lo mismo que a la rosa pertenece la espina.

Camino sin final, sin dolor, sin premura,
camino en que se igualan el pobre, el rico, el necio,
territorio sin dueño que se extiende y perdura
más allá de los actos, del poder y del precio.

Hay una senda estrecha donde se olvida todo,
donde el sino es flotar y la palabra sobra.
Aunque pases de largo no encontrarás el modo
de eludir su mandato, su calma y su zozobra.


© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito el 26 de julio de 2001.