jueves, 18 de septiembre de 2008

El beso de la noche

La noche me besaba
y en cada esquina había un verso vigilando.

Yo aún no lo sabía
pero ya para entonces muchas calles
a pesar de su aspecto triste y entumecido
conocían tu nombre y añoraban tus ojos.

Yo aún desconocía
que esos trozos de piedra que mudos contemplaban
las invisibles huellas de mis viejos zapatos
iban a ser más tarde como un eco
que habría de llenarme la carne de poemas.

Yo aún no era consciente
de por qué las ventanas soñaban con aviones,
de por qué las farolas simulaban ser árboles
o de por qué las fuentes intentaban ser venas.

El caso es que más tarde,
cuando la madrugada devoraba relojes
y el cajón de los sueños ya estaba medio abierto,
me encaramé hasta el borde de un papel afilado
y fui mezclando letras
tratando de explicar por qué tu rostro,
tratando de decir por qué tus labios,
tratando de evocar
un recuerdo lejano que te llamaba a voces.

La noche me besó
y convertí en renglones ese instante.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito en Orense entre el 21 y 22 de junio de 2004.