"Me quiere", "no me quiere", repetía
aquella margarita deshojada
entre sus manos. Era todo o nada.
¿Decía la verdad o le mentía?
Y caían los pétalos, caía
una lluvia de sueños en cascada.
"Me quiere", "no me quiere", y su mirada
iba de la tristeza a la alegría.
Siete pétalos, seis... El gran momento
se aproximaba ya, la gran respuesta.
Amargura, esperanza, descontento...
Aquélla dijo "sí". Dijo "no" ésta;
otra brizna voló, tendida al viento
y una sombra cubrió al fin la floresta.
© Juan Ballester
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Fechado el 19 de diciembre de 1999.
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