viernes, 5 de septiembre de 2008

Odiosamente amada

Yo te odio, te odio tan dulce y tiernamente
que quisiera no amarte para no hacerte daño,
mas no puedo evitar salirme del rebaño
y correr a tu encuentro, oveja diferente.

Yo te odio y te quiero porque eres tan distinta,
tan joven y entusiasta como arroyo que nace
pues llevas en tus aguas el bálsamo que hace
brotar las esperanzas y arder ríos de tinta.

Te odio igual que amo el frescor de una rosa
que trepa por la tapia del caserón sombrío;
te amo como odio la brisa del estío,
eres tan adorable pero eres tan odiosa ...

Yo te odio sin pausa, te quiero largamente
porque tu voz, tu pelo, porque tus pies, tu boca,
porque tu mano vuelve de oro lo que toca
y no puede el desánimo devorar tu corriente.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito en mayo de 1995.