CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN
Y se abrirá la puerta de repente
y alguien -vaya mal trago- dará un grito.
Y allí estaré, mirando al infinito
con las manos vacías y la mente.
Y sonará un teléfono: es urgente.
Y se preguntarán si fue un delito.
Ninguna explicación, ningún escrito:
un muerto, sólo un muerto, solamente.
Y vendrán del juzgado, harán preguntas,
llenarán expedientes, querrán huellas
y ocuparé un espacio en un diario.
Y, oculto el rostro y con las manos juntas,
mirando sin mirar a las estrellas
se llenará de ausencia el calendario.
© Juan Ballester
1 comentario:
Primera parte de una tetralogía en la que reflexiono acerca del día y de las circunstancias en que me habré de ir a dormir el sueño eterno. Lo escribí el 15 de julio de 2000.
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