miércoles, 29 de octubre de 2008

El sueño eterno (y IV)

FUNERAL

Se llenará la iglesia de nombres conocidos,
de allegados, parientes y hasta rostros anónimos,
y ocuparán los bancos entre silencio y ruidos
en un templo cualquiera, no Almudena o Jerónimos.

Con calor sofocante, o quizá en pleno invierno
se irán distribuyendo esos pocos amigos;
algunos rezarán, pensarán algo tierno
y otros, los más, callados, serán mudos testigos.

Y luego, como siempre, la misa, los sermones,
tópicos repetidos, palabras ya gastadas,
plegarias por mi alma, cánticos y oraciones,
apretones de manos, resignación, palmadas.

Y al fin se irán marchando los pésames y lloros,
y yo estaré ya lejos, rumbo hacia los ancestros,
allí donde no llegan los ecos de los coros
de las salves y glorias y de los padrevuestros.

© Juan Ballester

2 comentarios:

juan ballester dijo...

Escrito el 15 de julio de 2000, aunque hice ligeros retoques dos días más tarde. Probablemente es el menos bueno de los cuatro desde el punto de vista artístico, con alguas rimas que suenan a ripio.

Felisa Moreno dijo...

Sigo leyendo tus poemas, como siempre tan emotivos, tan conmovedores. Espero aprender algo.

Un saludo