sábado, 18 de octubre de 2008

Mientras los perros ladran

Salir fuera, soltar
ese peso que muerde día a día,
esa especie de polvo que llena los cajones
ocultos del cerebro,
ese misterio oscuro que hace nido en el alma.

Alzarse, ver la luz,
desprenderse de aquello que perturba el sentido,
volver a ser gaviota, velero, caminante,
remontar las corrientes en busca de otros cielos
más limpios, más felices.

Cambiarse, renacer,
vestirse nuevamente con las antiguas pieles
mirando hacia delante,
dejando atrás silencios, preguntas, soledades
que a menudo atenazan pies y manos.

Ser libre, no pensar
en el miedo que llena los pasillos,
en la venda que corre por los ojos,
en las noches eternas donde el sueño sucumbe,
donde el tiempo prepara su venganza.

Salir fuera, escapar
mientras por las aceras hay un perro que ladra.

© Juan Ballester

2 comentarios:

juan ballester dijo...

Escrito el 15 de mayo de 2004 para una persona que necesitaba romper sus ataduras y fantasmas del pasado y salir de una espiral de tristeza y depresión.

Felisa Moreno dijo...

Supongo que esa persona agradecería un poema tan hermoso y optimista.

Saludos