martes, 14 de octubre de 2008

Poema para levantarse

Se acabaron los días de sábanas oscuras,
de sueños encerrados, de noches turbulentas.
Se acabaron los miedos, se abrieron cerraduras
regando los desiertos, secando las tormentas.

Se acabaron por fin cadenas y mordazas,
pedregales de angustia, murciélagos borrachos.
Ahora cada mañana nos tomamos dos tazas
de una piel florecida que no se cae a cachos.

Ya no duele el silencio, ya no quema la almohada,
ya el tiempo se deshace como arena en las manos.
Despertar, levantarse no es grito ni es espada,
pensar en el presente no es masa de gusanos.

Cuánto vale ese rayo de luz que hay en tus ojos,
esa sonrisa amplia, esa caricia tierna,
cuánto vale ese instante con los músculos flojos
en que se roza el brazo, la cabeza o la pierna.

Levantarse, sentir esa presencia muda
que llena los rincones sombríos de esta casa,
dejarse envolver por la palabra desnuda
en cada amanecer, cuando el tiempo no abrasa.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito el 3 de agosto de 2005.