La luna de diciembre es una luna helada,
es la madre celosa que cuida nuestros sueños,
como si todos fuéramos unos niños pequeños
y se erige en guardiana, en vigía o en hada.
La luna de diciembre es una luna inquieta
que en las sombras despliega toda su vanidad
pues tuvo el privilegio de ver la Navidad,
es una dama hermosa, quebradiza y coqueta.
La luna de diciembre se muestra a media tarde
radiante y orgullosa sobre el azul del cielo,
dan reflejo sus rayos al encharcado suelo,
diríase de fuego, diríase que arde.
La luna de diciembre se siente damisela
que gusta de ocultarse tras nubes abundantes,
no alumbra los senderos ni guía caminantes,
es un disco de plata que por el cielo vuela.
© Juan Ballester
1 comentario:
Escrita a finales de 1994. Algunos versos son aceptables, pero en general es un poema facilón y sin demasiado interés.
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