viernes, 30 de enero de 2009

Viendo pasar las olas

Viendo pasar las olas me acordé de tu nombre
que acosa mi silencio desde cualquier esquina
y al romperse en la playa lo iban repitiendo
como el loco repite su extraña pesadilla.

Viendo pasar las olas me imaginé tus manos
y me bañé en ternura, en versos, en caricias
y me dejé abrazar por ese mar caliente
que con furia rompía en mi mente aturdida.

Viendo pasar las olas regresé hasta tu boca,
me remonté a esos labios que me hirieron un día;
yo era la arena blanca y el agua era tu lengua
y era la espuma un beso robado de puntillas.

Viendo pasar las olas también te vi pasar,
sirena de repente, pez de blandas espinas
y me llené de algas, de naufragios, de ensueño,
isla de piel ardiente que cambiaste mi vida.

© Juan Ballester

2 comentarios:

Pelayo dijo...

La vida consiste en eso, en ver pasar. Ver pasar las olas y los recuerdos mientras la vida se va escapando por la puerta de atrás.
Al menos nosotros nos hemos dado cuenta.
Un saludo

juan ballester dijo...

Gracias Pelayo, por ese comentario.

Este poema lo escribí entre noviembre de 2003 y enero de 2004.