Qué poco cuesta a veces ser feliz,
ponerse la sonrisa aunque nos duela,
aparcar el fracaso y el desliz,
poner rumbo a la paz, a toda vela.
Qué poco cuesta ver ese matiz,
ser libre, galopar, picar la espuela,
perdonar y comerse una perdiz,
y olvidarse de ser carne de esquela.
Qué sencillo es calzarse unos zapatos
y salir a la calle, y ver el sol
y hablar con las paredes y los gatos.
Qué sencillo es sentirse caracol,
aliviar el rencor, los malos ratos
y dejarse besar bajo un farol.
© Juan Ballester
3 comentarios:
Soneto escrito el 31 de enero de 2006, con algún que otro ripio.
Tal vez el empleo de rimas agudas le confiere cierta amenidad, aunque en su conjunto presenta algunas carencias.
Las cosas sencillas son las mejores en mi opinión ;).
Un saludo.
Qué sencillo es ser feliz, y como nos complicamos la vida.
Besos
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