Si no existiera amor, qué triste vida,
qué vacío en los huesos, qué amargura.
Si todo fuese piel y carne dura
cuánta sábana sucia, cuánta herida.
Si no hubiese cariño, qué caída,
cuánto llorar sin lágrimas, qué oscura
nuestra celda y qué férrea cerradura,
qué bochornoso cuadro el de esa huida.
El amor es la llave, el amuleto,
es la viga maestra que sostiene
ese instante sublime que no es juego.
De nada ha de valer guardar secreto
pues no es posible amar cuando se tiene
hielo en el alma y en la mente fuego.
© Juan Ballester
2 comentarios:
Una gran verdad.
Me gusto como lo has expresado, con elegancia y sin caer en lo vulgar.
Un saludo!
Lo escribí el 5 de agosto de 2007, con la particularidad de que el primer verso que compuse fue el último, que es por cierto el que más me gusta de todo el poema.
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