Me pongo a escribir frases al tuntún
malgastando papel sin ton ni son;
mezcladas con algún que otro borrón
quedan a veces lágrimas, según.
Lleno varias cuartillas, pero aún
no encuentro un argumento, una razón
y, aunque sé que no tengo obligación,
voy a estar a la altura del betún.
No sé cómo podría poner fin
a este juego, y al tiempo quedar bien
-admito que me importa el qué dirán.
Me rasco la mollera y sigo sin
sacar provecho en todo este vaivén
mientras en el reloj las cuatro dan.
© Juan Ballester
1 comentario:
Comenzado en enero de 1999 y terminado el 3 de febrero de ese mismo año.
Se trata de un intento de escribir cuando aparentemente no hay nada que decir o cuando no somos capaces de que las frases y las ideas fluyan con claridad.
Las rimas agudas le dan sin duda un aspecto diferente, que por cierto aparecen en orden inverso al alfabético (u-o-i-e-a).
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