martes, 21 de abril de 2009

Rapsodia en azul oscuro

En esta hermosa tarde de soledad y hastío
en que me enfrento a ciegas al silencio y la pena,
todo mi ser se hunde en la doliente arena
de una frase maldita y un verso que no es mío.

Solo unas gotas, solo, de ese lloro apagado,
de ese rumor de llanto que mis ojos golpea,
solo unas gotas, pero, contra viento y marea,
me he de quedar en tierra soportando el pasado.

No estoy vivo esta tarde tan llena de belleza,
no estoy entre los hombres, ni siento, ni reposo,
una viscosa sombra se empeña en darme acoso
y una voz que no suena se enreda en mi cabeza.

Es inútil, comprendo, luchar contra esta nada,
hacer frente a la tarde, plantarle cara al miedo,
es inútil, lo sé, y por eso me quedo
con la palabra herida y el alma desterrada.

Oigo la multitud como quien oye pasos,
siento rostros risueños que son mi pesadilla,
en esta hermosa tarde que se hiela en la orilla
de mis turbios anhelos prisioneros y escasos.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Lo empecé en febrero de 2000 y lo terminé ese mismo mes, en el almacén donde trabajaba, durante el descanso para tomar el bocadillo.
Todo el poema está impregnado de una profunda tristeza, reflejo de una época un tanto turbia en mi vida.