Ya no quiero pisar otros caminos
que no lleven a ti, donde te encuentres.
No quiero ya extraviarme en los espinos,
sólo quiero tu vientre.
No quiero levantarme más mañanas
entre el asfalto gris de las aceras.
No más viajar en trenes sin ventanas,
no quiero más esperas.
Basta ya de besar fotografías,
de mirar un cartón con embeleso.
Las noches son muy largas y muy frías
si no tengo tu beso.
No más monologar con el recuerdo
de las horas felices que me ofreces.
Ni un segundo alejados, que me pierdo
tus ojos como peces.
Ya no puedo llamar a nuevas puertas
ni arrimarme al calor de otros hogares.
Mis palabras sin ti son hojas muertas
que están llorando a mares.
© Juan Ballester
2 comentarios:
Escrito el 2 de septiembre de 1998.
Aunque presenta un pequeño fallo de rima en la primera estrofa, es uno de mis mejores poemas de aquella época.
Un año de buena cosecha, visto esta
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