A tu lado las calles saben a recién hechas,
como ese pan caliente que llena la mañana.
Bocado tras bocado, ventana tras ventana
las grandes avenidas, las callejas estrechas.
La ciudad se despierta al ritmo de tus ojos,
cansada, un poco gris, fascinante y mimosa.
Te miro, yo te miro, y cada botón rosa
en tu piel acrecienta mi pasión, mis antojos.
Ciudadanos, vehículos, se mueven lentamente
teñidos de domingo, de abril, de río Tormes,
y tus labios parecen mariposas enormes
que velan por el cuarto confortable y caliente.
Las palomas recorren aceras y tejados
llevando entre sus alas gotas de tu perfume.
Ser feliz es un sueño que en tu piel se resume,
vivir es un deseo que entra por todos lados.
Sin tiempo, sin espacio, sin realidad, sin nombre,
solamente flotar a través de los besos,
sólo piedras y tú, espumas y regresos,
cuerpo a cuerpo los dos, tú mujer y yo hombre.
© Juan Ballester
Escúchalo en la voz de Ana Álvarez pinchando aquí:
http://www.goear.com/listen/b54954e/Las-piedras-y-tú-Juan-Ballester
1 comentario:
Escrito en la habitación de un hotel, en Salamanca, el 1 de mayo de 2000. Aunque no menciono el nombre de la ciudad, se puede adivinar de modo indirecto cuando aludo al río Tormes.
Por lo demás, me parece un poema bastante digno en lo que se refiere a calidad y tono poético.
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