domingo, 26 de julio de 2009

Contra corriente

Quizá porque los besos escuecen como espadas
o porque las caricias perforaban su mente
dejó las aguas claras, las rutas señaladas
y extendiendo sus alas nadó contra corriente.

Quizá porque las manos más groseras le hicieron
vomitar el placer, saciarse de repente
o cortaron sus alas con gestos que la hierieron,
no quiso retornar a este lado del puente.

Quizá porque el amor se pudrió tan deprisa
dejando hondos estigmas en su carne inocente,
escogió lo prohibido, se olvidó de la brisa
y quiso ser distinta del resto de la gente.

Quizá porque el deseo desgarró sus entrañas
pisoteando un sueño que murió bruscamente,
se internó en nuevos valles, escaló otras montañas
y buscó sensaciones en un mar diferente.

Quizá porque era joven, porque lo daba todo
a quienes se acercaban a beber en su fuente
acabó por secarse, por cubrirse de lodo
y se negó a ser hueco donde arrojar simiente.

Quizá porque su alma buscaba un imposible,
un ángel de cristal o un héroe inexistente
sucumbió ante la llama voraz e inconcebible
y se embarcó en un viaje que el mundo no consiente.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...
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