Llámame por tu nombre,
llámame aunque no venga,
haz mi hogar en tu boca
para darme existencia.
Guárdame entre tus sueños
con la ventana abierta,
que no falten mis días
ni se cierren mis puertas.
Préndeme en tu mirada,
en tus ojos sin penas
y veré lo que miras
sin mirarlo siquiera.
Llévame en tu recuerdo
guardado en tu maleta
y pondré en cada viaje
una esperanza eterna.
© Juan Ballester
3 comentarios:
Siempre es un placer leerte.
Tus poemas son un suspiro tierno.
muchos saludos y sigue escribiendo que lo haces maravillosamente.
Gracias, Rubí, por tu comentario y por acercarte a este rinconcito a leer mis poemas.
¡Qué maravilla de poema, Juan!
. Posesión de tu nombre donde me encuentro.
. Miradas tuyas con las que miro...
ohhhhhhh ¡Es fantástico!
Tengo que pasarme con más frecuencia por aquí.
Un beso,
María José
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