miércoles, 11 de noviembre de 2009

Pienso, luego existes

Kilómetros después detengo el coche
en el arcén. Cruzo la carretera.
Al fondo, una nevada cordillera,
a la izquierda, el misterio y el reproche.

Tomo un camino. Luz para mi noche,
luz para mi angustiada primavera.
Llego a una casa. Miro desde afuera,
tiene que ser la meta, el fin, el broche.

Un letrero en la puerta. Esto es la isla,
el terreno enemigo, mi conquista,
la recompensa de mis horas tristes.

Pero el silencio gélido me aísla
de ese mundo privado ante mi vista
que observo mientras pienso, luego existes.

© Juan Ballester

1 comentario:

Jacque dijo...

Oi. Muito Lindo.

Beijo.

Jacque