Matón de las alturas, insolente,
catarata que ofende los oídos,
vozarrón que amedrenta hasta los nidos,
perseguidor de rayos persistente.
Gamberro de los cielos, delincuente
recitador de eructos y gruñidos,
ogro que llena el aire de alaridos
y que rompe a llorar como una fuente.
Perturbador de nubes, roba-sueño,
temblor que hasta a las piedras atormenta,
tirano sin razón porque habla a voces.
Pregonero escapado de su dueño,
muchedumbre sin pan que se violenta,
pegaso que al volar reparte coces.
© Juan Ballester
1 comentario:
Y qué miedo da.
Muy bueno, Juan.
Besos,
María José
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