MI oficio es ser tu amante.
Que no me pidan cuentas por no hacer otra cosa,
que no me exijan expedientes brillantes
ni tres idiomas o un master.
Que no busquen en mí el don de gentes
ni el manejo de ordenadores
ni talento para la contabilidad.
Sólo sé ser tu amante,
hacerte feliz y escribirte versos,
regalarte rosas y dar largos paseos
a tu lado, igual que una sombra.
Que no me recriminen por no saber expresarme,
por no saber qué son los logaritmos,
mi oficio es el de amante
y tú eres la paga que recibo a fin de mes.
© Juan Ballester
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