lunes, 7 de junio de 2010

Evocación a la luz de la luna

Pronto serán las tres pero tú no te has ido
del borde de mi cama que aún no te conoce;
viniste a mi memoria mucho antes de las doce
a llenar de calor las ramas de mi nido.

Ahora estarás dormida, soñando silenciosa
sin saber que te escribo lo que no puedo darte,
añorando mis labios la dicha de besarte
y mis dedos rozar tus pétalos de rosa.

Te llamo con la mente, te busco en la distancia
a través de edificios insensibles y fríos
pero mi voz la apagan los sordos griteríos
de unos perros que ladran y una horrible ambulancia.

Enciendo un cigarrillo y el humo te dibuja
nítida y fabulosa sobre un fondo de estrellas
mas qué pronto se borran sin sentirse tus huellas
y te ocultan las mañas de una malvada bruja.

No paro de hacer versos queriendo retenerte,
como si así pudiera mitigar mi amargura
y en vano reconstruyo tu voz y tu figura
porque ahora ya no estás, porque no puedo verte.

© Juan Ballester

No hay comentarios: