sábado, 5 de junio de 2010

Poema de la mediocridad

Yo nací, como todos, pobre y frío,
un domingo cualquiera de verano;
me arrojaron al mundo, y en mi mano
no pusieron ni un pan, sólo el vacío.

Nací para ser piedra, o tal vez río,
nací llorando ya, desde temprano,
y temo que mi llanto será en vano
lo mismo que es en vano mi albedrío.

Yo nací con el gris por compañero,
con la mediocridad como estandarte,
con el dolor anónimo en las venas.

Yo nací sin timón y sin sendero,
sumido en un silencio que me parte
los sueños de cristal que soñé apenas.

© Juan Ballester

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