domingo, 18 de julio de 2010

Cosas que pasan

Me están pasando cosas.
A pesar de mi aspecto marmóreo y blanquecino
y esta cara arrugada que parece
que nunca he roto un plato,
lo cierto es que a menudo me están pasando cosas.

Me pasa que los perros me saludan,
que la flor del dinero se marchita en mis manos,
que me duermo en el metro,
que mis venas parecen coladores
de tanto degustar medicamentos.

Me pasa que el comer no me alimenta,
que la memoria, esto… la memoria…,
que tengo un don extraño para atraer las multas,
que voy últimamente mucho a los tanatorios.

Me pasa de repente que soy viejo
y que al comer me mancho la corbata,
que me ceden su asiento los muchachos
y pierdo muchas tardes jugando al solitario.

Me pasan muchas cosas de algún tiempo a esta parte,
los días, las semanas, los meses se apresuran
y no me quedan horas para el ocio.
Me cuesta un gran trabajo ir al trabajo
y la lista de asuntos que están por resolver
aumenta al mismo ritmo que mis deudas.

Me pasa que los trenes ya no paran
en mi andén polvoriento,
que no quedan gaviotas para decirme adiós,
que en los supermercados
ya leo hasta la letra chica de los productos,
-aunque me importa un pito qué son los triglicéridos-.

Me están pasando cosas aunque no lo parezca.
Y cada vez hay menos tramo por recorrer,
y cada vez hay más piedras en el camino,
y cada cena puede ser ya mi última cena,
y cada noche ser
la que esperó inmutable a Sherezade.


© Juan Ballester

1 comentario:

Felisa Moreno dijo...

Me pasé por aquí a leer algunos de tus poemas, ahora tengo más tiempo.
Este me ha dejado muy triste, no sé si te servirá de algo, pero te mando un abrazo.