lunes, 9 de agosto de 2010

Poema sin título para una tarde gris

Un poema de amor se escurre por mis dedos
en esta tarde herida donde tu voz es meta,
un poema que, acaso, ha de nacer torcido
con dos alas de cera, sin el pan bajo el brazo.

Me llena, me acompaña, me salva de estas horas
en las que apenas puedo vivir con tu recuerdo,
me deja en los bolsillos nebulosas azules,
en la boca cascadas y en el alma diamantes.

Un poema me cubre simplemente al pensar
en el mar de tus muslos y en la miel de tu espalda,
un poema sin título, porque cómo llamarlo
si tu nombre es la lluvia que ciega mis sentidos.

Es inútil negarse al corazón que vuela,
a la mente que sueña, a la mano que llora,
es inútil buscarte por áridos despachos,
por gruesos expedientes, por papeles infames.

Un poema de amor se anuda en mi garganta,
se desangra en estrofas que recuerdan tu boca,
mientras el tiempo oxida la piel de los bolígrafos
y una arruga se extiende sobre un papel en blanco.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

bellísmo tu poema, es como la lluvia cuando moja tu cuerpo y hace que trabajen todos tus sentidos, el aroma de la tierra mojada la frescura de tu piel recorrida por cada gota, el sonido del agua golpeando las tejas, la danza de las nubes que cubren el cielo dejando filtrar algún rayo de sol, iluminando las hojas nuevas, bañándolas de plata, para luego transformarse en un colorido arco iris