domingo, 5 de septiembre de 2010

Poema con gorriones [angel flying too close to the ground]

Esta tarde de marzo sólo puedo mirar
los gorriones que pasan delante de mis ojos,
esos viejos amigos que hasta ignoran mi nombre,
que no sienten mi pena ni comparten mi llanto.

Solamente unos pájaros que se comen las migas,
motas pardas que cubren de plumas las aceras,
seres que se desplazan al ritmo del murmullo,
al compás del asfalto, al son de los neumáticos.

Esta tarde de marzo sólo quedan gorriones
buscando en mis entrañas las migas del olvido,
patrullando incansables cada rincón del alma,
poniendo versos mustios sobre mi piel raída.

Esta tarde mis manos se me han vuelto gorriones,
vuelan a ras de suelo, emborronan cuartillas,
buscan quizá la paz, tal vez buscan la guerra,
o acaso son fragmentos de este invierno que acaba.

Esta tarde de angustia me pesa el corazón
y todas las palabras duelen como gorriones.
Yo quisiera ser libre, yo quisiera volar
en esta tarde inmensa cargada de preguntas.

© Juan Ballester

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