lunes, 18 de octubre de 2010

Frente al espejo

Súbitamente miro al fondo del espejo
y me encuentro cansado, y me descubro viejo.

Mis ojos son dos piedras que conocen el llanto,
mis facciones parecen marchitarse otro tanto.

Cada arruga recuerda sufrimientos pretéritos,
sacrificios, penurias a las que no hice méritos.

Mis cabellos, escasos, alborotados, turbios
tienen el tacto amargo de olvidados suburbios.

Súbitamente miro a ese cristal maldito
en donde cada yerro resuena como un grito.

Mi boca sin almenas, como castillo en ruinas
enmudece, atrapada por sus propias espinas.

El musgo se apodera de esta piel y este hueso
donde una vez, muy lejos, alguien estampó un beso.

Y el silencio que envuelve mi imagen sin mañana
tiene aliento de estiércol y angustia de campana.

Súbitamente miro este trozo de azogue
y busco algún poema que mis penas ahogue.

© Juan Ballester

No hay comentarios: