miércoles, 27 de octubre de 2010

Fuente de otoño


Fuente tan cristalina, rumorosa e inquieta
que brotas en el centro del jardín mortecino,
circundada de sauces, de palmeras y un pino
llevando con tus aguas vida a la plazoleta,

conforta oír el ruido de tu eterna cascada,
de ese chorro que asciende y después se derrumba
rompiendo este silencio grave como una tumba
con que el parque se cubre en cada madrugada.

En tus revueltas aguas las hojas se sepultan
volando de sus ramas en un viaje suicida,
nadan algunos peces, estás lleno de vida,
las horas del otoño tu belleza no ocultan.

Fuente de los jardines que la humedad mantienes
donde los patos juegan y el cisne se disloca,
donde crecen las plantas y se oculta una roca,
fuente de los jardines, tú nunca te detienes.

© Juan Ballester

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