¡De qué forma más tonta hago un soneto!
Basta poner la vista en cualquier cosa
-en un perro, en la luna, en una rosa-
y en seguida comienzo algún boceto.
Después, con consonantes lo concreto
y con facilidad casi pasmosa
empieza a tomar cuerpo aquella prosa
quedando convertida en un cuarteto.
Y luego escribo el otro, y no me asusto,
que los tercetos nunca son adversos
porque eliges las rimas a tu gusto.
Completando por fin huecos dispersos
retoco, cambio, limo y reajusto
y he terminado así catorce versos.
© Juan Ballester
2 comentarios:
Perfecto, colega.
Muy bueno, como siempre, espero que estés mejor, un abrazo.
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