
Puedo esta noche oír todos los trenes
entrando en la estación de mi cabeza,
y en su estruendosa marcha hay la certeza
de que tú estás aquí, de que al fin vienes.
Puedo observar las vías, los andenes,
los rostros empapados de extrañeza;
todo bulle otra vez, se despereza
esa inquietante niebla que tú tienes.
Un altavoz anuncia tu regreso
pronunciando tu nombre letra a letra
que suena a paraíso, a flor y a beso.
Y en medio de la atmósfera percibo
tu suavidad azul, que me penetra
renovando las ansias de estar vivo.
© Juan Ballester
2 comentarios:
Magnífico. Enhorabuena.
Largo y tendido es mejor que este, pero tienes mano. Sigue escribiendo.
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