Para llorar de amor basta un soneto
como basta un botón para una muestra.
Un soneto es solista y es orquesta,
es arma arrojadiza y parapeto.
Con un soneto el alma habla en secreto
y el poeta su esencia manifiesta.
Pero escribirlo hermoso, cuánto cuesta,
qué extraño es el poder de ese amuleto.
Catorce versos, nada, un soplo apenas,
y sin embargo es feudo inexpugnable
para las alegrías y las penas.
Un soneto es locuaz aunque no hable
y en sus notas, que son catorce venas,
corre la sangre azul de lo imborrable.
© Juan Ballester
1 comentario:
Paso a darte un abrazo literario y dejar constancia del disfrute que ha sido hoy, leer tu soneto tan lleno de verdades.
Anna Francisca
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