Mi primer pensamiento ha de ser para ti
apenas me levanto, abro los ojos,
por muy lejos que estén tu corazón y el mío,
por muchas carreteras que intenten poner tierra de por medio.
Ha de ser para ti,
para esa voz tan dulce que llena de burbujas cada átomo de aire,
para ese sol radiante que tiene tu mirada cada vez que amanece,
para el acantilado de tus labios de fuego donde encalla mi nave.
Ha de ser para ti ese primer instante de sábanas calientes,
ese fugaz momento de disipar las sombras que la noche ha tejido,
ese segundo apenas en que la realidad va triunfando de nuevo.
Ha de ser para ti mi primera sonrisa, mi primera palabra,
mi primer movimiento y mis primeros pasos en cada nuevo día,
y mi primer recuerdo y mi primer poema.
Ha de ser para ti ese café caliente que nos vuelve personas,
ese autobús rebelde que siempre se demora desafiando relojes,
ese libro que leo mientras viajo sentado rumbo hacia la oficina,
esos pasos por calles y aceras recién hechas salpicadas de gente.
Ha de ser para ti la bendita rutina
de los pétalos mustios que caen del calendario.
© Juan Ballester
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